Muchos padres están convencidos de tener una excelente comunicación con sus hijos, sin embargo, no siempre se hace de forma efectiva. No es lo mismo hablar “a los niños” que hablar “con los niños”.
La comunicación, pilar fundamental de nuestra evolución, se define como un proceso en el que alguien (emisor) envía un mensaje a otra persona (receptor) y éste llega adecuadamente.
Muchas veces, pensamos que por el hecho de hablar, estamos comunicándonos pero si el mensaje no llega adecuadamente y no recibimos respuesta alguna, puede que no sea así. Un padre que sermonea a su hijo pequeño, sin que éste le escuche activamente, no se está comunicando con el niño.