Para una madre, una mirada, un gesto, un movimiento, e incluso el simple parpadeo de su hijo puede hacer que su corazón dé un vuelco. Y qué decir de cuando al mirar a su pequeño, éste le entrega una sonrisa… simplemente ese gesto hace que su corazón se llene de amor y alegría, es como si le inyectasen una dosis inmensa de energía positiva.
La sonrisa de un bebé consigue ablandar el corazón de cualquiera, es la máxima expresión de belleza, ingenuidad, ilusión… De este modo, parece lógico que las madres sientan esa energía positiva al ver la sonrisa de su hijo, ya que, desde que éste nace, viven por y para él.