Cuando una mujer está embarazada no puede evitar soñar en lo que será el inicio de su maternidad, llegando a casa con el bebé en brazos para vivir una experiencia perfecta como madre recién estrenada. Podemos decir que estamos ante el primer error de una madre primeriza.
Cuidar a un bebe que llora, tiene hambre y hay que cambiar constantemente no es, ni mucho menos, una situación idílica, y mucho menos cuando la madre acaba de dar a luz, y aun está cansada y dolorida por el parto.
Si el primer error de una madre reciente es soñar con una maternidad perfecta, el segundo es no pedir ayuda cuando no está en condiciones de cuidar a su recién nacido, tanto por inexperiencia como por agotamiento.