Los padres, a menudo, se preguntan qué tipo de padre ser, cómo actuar con sus hijos para que les respeten, dónde están los límites… Y es que resulta lógico que quieran educar de la forma más adecuada a sus hijos y que, ante todo, éstos les respeten y aprendan a hacerlo desde que son pequeños.
Lo cierto es que al plantearse esta cuestión, los padres no deben apostar por los extremos.
Es decir, ni un padre muy autoritario, exigente, que imponga una disciplina muy estricta es mejor, como tampoco lo es un modelo de padre que sea muy permisivo, que no ponga normas ni límites, que dé excesiva libertad a sus hijos. Lo cierto es que la clave será educar en un punto intermedio, encontrar el equilibrio.