Una mujer puede ser médico, profesora, cocinera, ingeniera o administrativa, durante su jornada laboral realiza su trabajo y una vez fuera de su trabajo puede permitirse desconectar y emprender otras actividades, solo hay una excepción, la mujer que es madre. En este caso no hay desconexión posible, se es madre a tiempo completo, las 24 horas del día.
Podrá estar trabajando, pero una parte de su mente estará dedicada y alerta ante cualquier necesidad de su hijo. La maternidad es una condición que una vez adquirida se mantiene durante toda la vida.
Esta condición, asumida como lo natural a lo largo de los siglos, se ha ido complicando según avanzaba la sociedad, un avance que se ha producido sin tener en cuenta las necesidades de las mujeres que quieren ser madres y sin valorar la importancia que tiene este papel, precisamente para el desarrollo de esa sociedad. La mujer se incorpora al trabajo, adquiere los mismos derechos que los hombres, se le exige en definitiva que cumpla como sus iguales, pero además debe ser madre y mantener el resto de sus actividades al mismo nivel si no quiere perder posiciones en la carrera laboral o quedar relegada a un segundo plano social.