Es uno de los temas más delicados de abordar. Cuando un niño ha sufrido de abusos sexuales su parte emocional y su psique están profundamente trastornadas. En necesario un trabajo continuado por parte de especialistas para que poco a poco sepa enfrentarse al problema y empezar a superarlo con las menores secuelas posibles.
En ningún momento se trata de obligar al niño a que hable de lo sucedido o exprese sus sentimientos, bastante forzado se ha visto ya.
Si el abuso ha sido perpetrado por un familiar cercano le va a resultar mucho más difícil por los vínculos sentimentales, tiene además un mayor sentimiento de culpa, acompañado de vergüenza y miedo.