Las gafas de sol son un complemento ideal para el verano, encontramos marcas con infinidad de modelos para que cada quien escoja según sus preferencias. Sin embargo, más allá de la moda, lo realmente importante es que las lentes cumplan adecuadamente su función, proteger a nuestros ojos del sol.
Los rayos ultravioletas procedentes del sol son muy nocivos y potentes, nos llegan incluso cuando hay cielo cubierto.
Estas irradiaciones pueden provocar quemaduras y daños irreversibles en nuestros ojos que son mucho más sensibles que la piel al carecer de melanina (pigmento protector del sol).
Los ojos y vista de los niños y las lesiones oculares provocadas por el sol
En los niños el riesgo de lesiones oculares es aún mayor, debido a que sus ojos no están completamente desarrollados. El cristalino (lente que nos permite enfocar objetos) es permeable a los rayos del sol hasta que se vuelve impermeable en la edad adulta.
Las lesiones que se pueden producir en un niño a causa del sol pueden ser:
Los daños causados en la infancia tienen carácter acumulativo, es decir, no se regeneran. Las lesiones se acumulan y favorecen patologías en la edad adulta.
A pesar de que los niños son una población de riesgo y tienen mayor vulnerabilidad a padecer lesiones oculares por el sol, son muy pocos los niños que utilizan gafas solares.