Al duro hecho de tener que enfrentarse a la pérdida de un bebé se suma el de tener que comunicarlo a los allegados. Por un lado se cuenta con su apoyo y comprensión, aunque por otro hay que revivir de nuevo esas tristes emociones. Uno de los tragos más difíciles es comunicar la noticia a resto de los hijos, especialmente si ya tienen una edad en la que son capaces de comprender lo que significa.
La llegada de un bebé es ilusionante para toda la familia, si hay otro niño en casa el tener un nuevo hermanito es algo que le emociona mucho.
Además los padres suelen implicar mucho a su hijo con el fin de que empiece a adaptarse pronto a lo que va a suponer la nueva situación. Es habitual hablarle de lo bonito que va a ser tener un bebé y de la necesidad de que se implique en su cuidado. Se le ofrece el rol de hermano mayor de forma que el niño ya quiere y desea ese bebé antes de nacer.