Ha llegado el momento, el niño está listo para que le quitemos el pañal, a partir de ahora pasaremos por unas semanas un tanto difíciles pero que acabarán con el resultado esperado: nuestro hijo será capaz de controlar sus ganas de hacer pipi, nos podremos olvidar del pañal.
Lo primero que hay que tener claro es que es el niño el que va a marcar su ritmo, intentar enseñar al niño a controlarse va a ser inútil si todavía no está preparado para ello, de hecho si está listo será poco lo que nosotros tendremos que hacer.
Para saber si el niño está preparado hay que observar si se dan una serie de comportamientos.