Comenzar a hablar no es un proceso sencillo, los niños tardan bastante tiempo en ser capaces de pronunciar frases de forma correcta. Con pocos meses empiezan a balbucear sus primeros sonidos, entre los 12 y los 18 meses surgen las primeras palabras claras, el niño ya empieza a hacerse entender.
Con tres años la mayoría de niños es capaz de expresarse sin problemas y pronunciar frases correctas.
A lo largo de todo este proceso evolutivo es normal que el niño no acabe de pronunciar bien, puede que tenga dificultades con la r u otros grupos de consonantes más complicados y que requieren poner en marcha más músculos y órganos fonadores. Así, el hecho de que diga mal algunas palabras o no hable con fluidez es algo normal hasta cierta edad, pero si que se considera un trastorno fonológico cuando el niño no pronuncia como debería en función de su edad y desarrollo.