Estamos observando el juego de nuestro hijo y vemos como mantiene una entretenida charla con alguien, le hace partícipe de su actividad e incluso le castiga por algo que ha hecho mal. Este ‘amigo’ incluso puede tener un nombre y ser para nuestro hijo tan real como nosotros mismos.
Hay padres que se preocupan ante esta ‘presencia’ pero deben saber que se trata de algo completamente normal.
Suelen aparecer a partir de los 2 o 3 años de edad y no son más que la expresión del desarrollo evolutivo del niño. En su proceso de crecimiento los niños pasan por diversas fases, cuando son bebés empiezan por descubrir todo lo que hay a su alrededor y no suelen hacer mucho caso al resto de niños. Lo habitual si vamos a una guardería es observar como los niños de 1 a 2 años juegan uno al lado del otro, pero todavía no interactúan entre ellos, primero deben conocer su propio entorno.