El comienzo del cole: el periodo de adaptación

Cada mes de septiembre, muchos hogares sufren un verdadero terremoto emocional y psicológico, que gira sobretodo en torno a la actitud de los más pequeños de la casa ante su inicio de la vida escolar.

Ya sea en guardería como en escuela, la verdad es que hoy en día muchos centros escolares optan por instituir un periodo de adaptación que ayude a los niños a integrarse bien en el nuevo curso escolar.


En qué consiste el periodo de adaptación


Cuando se habla de periodo de adaptación se hace referencia a aquellos días que un colegio destina para que los niños que empiezan su etapa escolar en el centro, acudan menos horas en el centro, entren con sus padres, compartan un poco de tiempo con el resto de niños y con la profesora y vuelven a su casa.

Poco a poco, se incorporan a la vida normal del colegio.

De esta manera, se puede decir que con el periodo de adaptación se pretende que un niño acuda a la escuela sin pasarlo mal, y sin perder su confianza en si mismo al enfrentarse a algo como la escuela, que le aterroriza por desconocido.

La implantación de un periodo de adaptación se entiende desde la perspectiva de que un niño, cuando acude por primera vez a la escuela, se siente indefenso, ya que no tiene cerca el que hasta ahora era su núcleo familiar seguro.


Los padres en el proceso de adaptación


Los padres de un niño que empieza a acudir a escuela por primera vez tienen un papel fundamental a jugar para facilitar su proceso de adaptación. Es necesario que se muestren comprensivos con ellos, y que colaboren a que todo vaya bien explicando a su hijo lo que va a pasar cuando empiece el cole.

También pueden acercarse a la escuela para que la visiten, y explicarles qué es la escuela infantil y qué relación va a tener con ellos. Además, es importante que entiendan que cada niño tiene sus reacciones particulares, y que no todos se adaptan igual, y con el mismo tiempo, a la escuela.

Si los padres no tienen problemas laborales que se lo impidan es importante que trabajen con el niño en hacer un periodo de adaptación progresivo, en el que los adultos le transmitan seguridad y confianza, y en el que el ambiente de la clase sea acogedor y se programen actividades en las que se cuida el aspecto afectivo.

La correcta realización del periodo de adaptación y una actitud comprensiva y adecuada por parte de los padres, y de la profesora responsable, conseguirán que el niño se adapte, en muy poco tiempo, y de manera perfecta a su escuela. Será fácil notar cuando esto ha sucedido, ya que entonces el pequeño se mostrará seguro, y no dudará en expresar todos los sentimientos que forman parte de su mundo emocional, dando y aceptando efecto, e intercambiando experiencias que le parecen únicas.