Cada vez son más los padres desesperados que denuncian por maltrato a sus propios hijos. Los insultos, vejaciones y agresiones físicas ejercidas por los menores en el ámbito familiar, han aumentado significativamente los últimos años, llegando a interponerse alrededor de 7000 denuncias en la Fiscalía General del estado Español.
Muchos de estos casos se corresponden con niños tiranos, también llamados niños con “síndrome de emperador”.
¿Qué características tiene el niño tirano?
En ocasiones, podemos pensar que este tipo de maltrato de hijos a padres, únicamente sucede en adolescentes delincuentes, que consumen drogas y presentan gran desestructuración. Sin embargo, muchos casos se refieren a niños que desde la infancia han presentado este comportamiento tirano, que ha ido aumentando hasta resultar totalmente incontrolable por sus padres.
No debemos confundir al niño tirano con el niño “malcriado” que llora o utiliza una rabieta cuando no quiere algo. Los niños tiranos son los auténticos jefes de la familia, son pequeños que exigen, ordenan y no dudan en agredir verbal o físicamente a sus padres sin ningún tipo de arrepentimiento.
A pesar de que parece haber una mayor incidencia entre los niños varones, los expertos afirman que progresivamente se ha dado un aumento de niñas tiranas en nuestra sociedad, que presentan el mismo perfil y características:
– Les gusta llamar la atención , algo que al mismo tiempo les permite controlar la situación.
– La meta de sus conductas disruptivas siempre es obtener todo lo que desean, para ello utilizan diversos métodos como desafiar, mentir o agredir .
– Son niños rápidos e inteligentes.
– No aceptan los límites ni la autoridad.
– Presentan baja tolerancia a la frustración, por lo que cuando no consiguen algo estallan con rabietas.
– Muestran ira hacia sus padres cuando desean algo de ellos y no son complacidos, llegando a insultarlos, pegarles o lanzarles objetos.
– Déficit en el desarrollo de emociones como empatía, amor o compasión hacia sus padres, hermanos u otras personas.
– No suelen manifestar culpa ni arrepentirse de las acciones violentas o irrespetuosas que han mostrado, por lo que resulta difícil el aprendizaje de sus errores.
– El egocentrismo es una de las principales características, son niños que suelen buscar su propio beneficio y no tienen en cuenta lo que deriva de su comportamiento en otras personas.