Una de las cosas que más nos cuesta, siendo adultos, es ser capaces de pedir perdón cuando hemos hecho algo mal. En el caso de los niños, aun les es más difícil. Por eso, es importante que los padres les enseñemos a reconocer que tienen la culpa de algo que han hecho mal, y a que deben pedir perdón por ello.
Cuando nos referimos a pedir perdón, no nos referimos solo al hecho de pronunciar las palabras ‘lo siento, perdóname’.
El aprendizaje que debe llevar a cabo nuestro hijo tiene que ir más allá: debemos enseñarle a sentir, a reconocer que tiene la culpa de algo con sinceridad.
Nuestro hijo debe darse cuenta de lo que ha hecho, y pensar en lo que siente la persona a la que ha hecho el daño. De todos modos, los padres no debemos enfocarlo como una gran ‘tragedia’. Simplemente, el niño tiene que asumir que nadie es perfecto, que todos nos equivocamos, y que niños y mayores tenemos la obligación de responsabilizarnos de nuestros fallos.
Por lo tanto, pedir perdón debe ir más allá de pronunciar una palabra. Debe ser la demostración de una actitud de humildad, que el niño tiene que tener clara desde muy pequeño.