Una de las quejas más comunes de los padres es que su hijo no es capaz de mantener la atención ‘ni un minuto’, esto es tan universal simplemente porque es cierto. No se trata de que el niño sea más o menos activo o nervioso, es que simplemente no están preparados para estar atentos más que unos pocos minutos cuando son pequeños.
Esto lo saben bien en las guarderías y escuelas infantiles, en ellas las actividades que se programan son muchas y variadas ya que pedirle a un niño pequeño que esté sentado sin moverse más de diez minutos es una misión casi imposible.
Su capacidad de atención y concentración se dispersa con facilidad y los padres deben ser conscientes de ello, comprenderlo y evitar castigarles o recriminarles algo que no pueden evitar.