La relación que se establece entre madre-hijo tiene un carácter muy especial. Ya en el vientre materno, la vida del bebe sale adelante gracias a la vida de su madre. Cuando llega el nacimiento, el pequeño se engancha al pecho de su madre por primera vez, un momento mágico que refuerza esa relación de dependencia en él y protección en ella.
Durante el primer año de vida, el niño depende totalmente de los padres para su supervivencia, le deben proporcionar alimento, abrigo e higiene ya que él todavía no es capaz de hacerlo por sí solo.
Pero conforme comienza a desarrollarse, sus funciones se amplían y van dirigiéndolo hacía una mayor independencia.
Desarrollo y evolución de la autonomía en los niños
A partir del año, el niño se interesa por caminar, investigar y descubrir por sí mismo su entorno aunque todavía depende de sus padres para muchas de sus necesidades. Va ganando en autonomía progresivamente, es un proceso normal que en la mayoría de los casos ocurre de forma natural, sin necesidad de forzar nada.
Podemos clasificar los principales hábitos de autonomía de la siguiente forma: