Los niños pequeños acostumbran a adquirir algunas costumbres que no son muy recomendables, pero que ellos descubren un día que les gustan y, a partir de ese momento, asumen como pauta de comportamiento. Uno de los ejemplos más claros de esto es el gesto típico de meterse el dedo en la nariz.
Si bien, cuando son pequeños, muchos padres no prestan mucha atención a estas malas costumbres de sus hijos, la verdad es que hay que ser muy conscientes de que pueden convertirse en un hábito fijo, que siga manteniéndose a medida que el niño crece.
Y esto ya puede resultar más incómodo, dependiendo de la costumbre.
La costumbre de jugar con el pelo
Uno de estos hábitos más populares entre las niñas es el de jugar con un mechón de pelo, en cuanto se sienten nerviosas o demasiado agobiadas.
Hay que reconocer que el pelo es una de las partes del cuerpo más agradables de acariciar, con lo que incluso los bebés tienden a poner sus manos en el pelo de su madre cuando lo tienen a su alcance. Cuando una niña se lo empieza a tocar, busca sentirse segura y relajada, y esta costumbre muchas veces se mantiene hasta la edad adulta.