Para la gran mayoría de los padres sus hijos son capaces de hacerlo todo, son los más listos y los más espabilados. Esta actitud, que en cierta medida es necesaria ya que sirve para fomentar la autoestima del pequeño, no debe cegar a los padres impidiéndoles ver los límites de su hijo, ya que por mucho que se empeñen no podrá aprender a correr antes de empezar a andar.
Siempre hay niños que alcanzan antes que otros determinadas habilidades y desarrollan sus capacidades con mayor rapidez, pero en líneas generales todos los niños siguen una serie de fases en las cuales serán capaces de hacer unas cosas u otras.
Es importante conocer de que son capaces nuestros hijos y a partir de ahí hacer dos cosas, por un lado no exigirles más de lo pueden hacer y por otro poner a su alcance todas las posibilidades con tal de no limitar su desarrollo.