Tradicionalmente la oscuridad está asociada a los miedos y temores infantiles, frases como ‘deja la luz del pasillo encendida’ son habituales en los hogares donde hay niños. Las lucecitas anti miedo que se conectan en los enchufes son también fáciles de encontrar en los cuartos infantiles.
Esa pequeña claridad hace que los pequeños se tranquilicen y duerman más tranquilos. Pero, ¿de dónde viene esa necesidad? ¿Realmente necesitan la luz para dormir?
Lo cierto es que el hecho de tener luz es algo a lo que les hemos acostumbrado nosotros, sus padres, igual que hay niños que necesitan su mantita, su muñeco o el chupete para dormir, otros necesitan una luz para descansar. Los niños cuando están en el vientre materno están completamente a oscuras, es su ambiente natural, pero cuando salen al exterior las cosas cambian.