Antes de nada lo que hay que tener claro es qué se puede considerar un problema de comportamiento. Puede que el que un niño no aguante sentado ni un minuto sea un problema para los padres, mientras que para otros el problema es que tienen un hijo al que no le gusta correr. Por tanto lo primero que hay que hacer es definir el modelo de comportamiento que queremos fomentar en nuestros hijos.
Esto se debe hacer teniendo en cuenta varios aspectos.
El primero es la personalidad del niño, hay aspectos básicos que no se van a poder cambiar, si nuestro hijo es tímido no podemos forzarle a tener un comportamiento abierto y comunicador con todo el mundo.