El agua es uno de los elementos en el que más disfrutan los niños, playas y piscinas se convierten en su hábitat natural cuando llega el verano. Para sacar el máximo partido a estos ratos de dispendio se pueden utilizar diversos materiales que no solo sirven de divertimento a los niños, si no que además son una buena ayuda para que mejore su relación con el agua.
Al hablar del tipo de materiales habrá que tener muy en cuenta la edad del niño.
Desde que son bebés pueden empezar a conocer el medio acuático, de hecho es muy recomendable asistir a clases de matronatación, no solo por la seguridad del bebé, sino porque mejoran mucho los lazos afectivos además de resultar beneficiosas para su desarrollo. Cuando son muy pequeños el único material que necesitan son los brazos de su madre o del monitor, pero a partir de los dos o tres años entran en juego manguitos, flotadores, chalecos, burbujas que se colocan en la espalda, tablas de corcho o cilindros.