Desde los 18 meses a los 3 años de edad, muchos niños que manifiestan sus sentimientos mediante la fuerza, ya sea con mordiscos, golpes, arañazos… La cuestión es que, una vez que el pequeño empiece a comportarse de este modo, será necesario que los padres reaccionen ante esta situación.
En primer lugar, habrá que detectar cuál es el motivo que lleva al pequeño a morder.
Los motivos pueden ser diferentes, ya que puede que el niño lo haga para llamar la atención, en los momentos en que se encuentra irritado o frustrado, cuando está nervioso, para imitar a otro niño, para defenderse cuando se encuentre agobiado o superado por la situación, para aliviar las molestias de la dentición o, a veces, simplemente como una forma de juego.