Con la llegada del calor, la piscina se plantea como una opción divertida y sobre todo refrescante. Sin embargo, en el caso de los niños, los padres tendrán que estar atentos a cada uno de sus pasos y movimientos para que no ocurra algún accidente. De este modo, para extremar la seguridad en esos días de piscina, hay que tener en cuenta una serie de consejos y precauciones.
Será muy importante que los padres vigilen al pequeño durante todo el tiempo, o si ellos no pueden estar atentos, deberán dejar a alguien que no pierda de vista al niño.
Es cierto que, en piscinas públicas, complejos hoteleros e incluso piscinas comunitarias, suele haber un socorrista que se encarga de supervisar que no haya ningún accidente y que, sin duda, dará un poco de tranquilidad a los padres. Aún así, es responsabilidad de ellos supervisar a los niños, ya que en otras situaciones, cuando se bañen en piscinas privadas o incluso en las de montaje que se colocan en los hogares, evidentemente no habrá alguien contratado para la supervisión de los pequeños de la casa.
Es muy interesante, incluso como actividad extraescolar, que los niños aprendan a nadar
También será importante que los padres enseñen a sus hijos a nadar, ya sea, ellos mismos o mediante clases de natación organizadas. De este modo, desde incluso los tres años existen cursos para empezar a nadar y es una forma de evitar que el pequeño se sienta inseguro en el agua. Aún así, tampoco será motivo para que los padres se relajen, ya que si el pequeño se pone nervioso y traga agua, puede que olvide por un momento cómo nadar. Es por ello que, hay muchos padres que apuestan por los flotadores cuando el niño no sabe nadar o está en proceso. Es muy importante saber que no deben confiarse, ya que, en cualquier momento pueden desinflarse y dejarle indefenso e inseguro en el agua.
Una vez que estén en la piscina, habrá ciertas cuestiones a las que tendrán que prestar atención para comprobar que el entorno es seguro. De este modo, el contorno de la piscina deberá ser antideslizante para evitar resbalones y caídas, ya que, a pesar de las indicaciones de los padres, los niños suelen correr cuando están jugando y puede resultar peligroso. También es importante que haya una valla que rodee toda la piscina, que los puntos de drenaje o los filtros estén correctamente tapados, así como que los escalones de las escaleras de entrada y salida al agua también sean antideslizantes y que tengan barandilla para una mejor sujeción…
Conocer la profundidad de la piscina para que los niños más pequeños no se sumerjan en la zona profunda o que los que son algo más mayorcitos no se tiren de cabeza, por ejemplo, en la zona menos honda es otro punto fundamental. De este modo, se le indicará al pequeño dónde puede o no zambullirse, qué parte es más honda o menos… Aún así, siempre se le vigilará, ya que, cuando esté jugando y divirtiéndose puede olvidar estas indicaciones.