Los niños pueden dormir fuera de casa por varias razones: quedarse en casa de un amigo del cole, acudir a un campamento, dormir en casa de un familiar por un viaje de los papas…etc. Ésta puede ser una experiencia muy divertida para el pequeño que le haga dar un paso más en autonomía y responsabilidad.
Sin embargo, algunos niños lo convierten en una situación temida y generan una actitud angustiosa ante la separación de sus padres.
Incluso pueden presentar síntomas físicos como sudoración en las manos, dolor de estómago o cabeza y nauseas. Sobre todo si es la primera vez, el niño puede presentar miedo a lo desconocido, incluso aunque se trate de quedarse con algún familiar. En estos casos, se recomienda ayudar al niño a vencer sus temores para que pueda disfrutar de la oportunidad.
Dormir fuera de casa puede ser muy beneficioso para el niño
Dormir fuera de casa es una experiencia en la cual el niño pone en marcha habilidades de independencia y se obliga a hacer cosas para las que según su edad ya sabe hacer por sí solo. Es altamente beneficioso que sea capaz de vestirse, ducharse o cuidar de su ropa porque papa y mama no están para hacerlo por él.
Fuera de casa, las reglas, los horarios y las comidas son diferentes, el niño empieza a ser consciente de que hay otras formas de hacer las cosas, amplía su visión del mundo y pone en práctica la capacidad de adaptación.
¿Qué pueden hacer los padres cuando el niño se angustia por dormir fuera de casa? Algunos consejos: