La visión es uno de los sentidos a los que más atención hay que prestar en los niños. Desde que son bebés podemos empezar a controlar su vista.
Si el bebé se esfuerza mucho para distinguir los objetos, se restriega a menudo los ojos o notamos que no reconoce formas y colores cuando ya debería hacerlo, hay que acudir al oftalmólogo.
Según van haciéndose mayor será más sencillo poner a prueba su vista sin salir de casa y ante cualquier sospecha visitar al especialista. El niño también indicará si hay algún problema, puede que tenga dolores de cabeza cuando lee o ve la televisión, o que no acierte a distinguir figuras en la distancia.