Qué hacer para que los niños sean ordenados

La importancia del orden es un valor que deben enseñar los padres a sus hijos desde que son muy pequeños. Y es que aprender a ser ordenados les servirá en su desarrollo y en su vida, ya que conforme sean más mayores tendrán que saber organizar de un modo adecuado sus ideas, sus planes, sus objetivos… en definitiva, saber llevar las riendas de su vida.

De este modo, los pequeños tienen que aprender la importancia del orden, sin sentir que sus padres se lo imponen, sino comprendiendo el por qué lo hacen.

Así, tanto el papá como la mamá le darán libertad al pequeño a la hora de jugar, dibujar, inventar sus propios juegos… sin limitar su creatividad e imaginación pero, dejándoles claro que luego todos sus juguetes, cuadernos, lápices, colores… deberán volver al lugar donde estaban.


Establecer rutinas es la mejor estrategia


De este modo, desde muy pequeños tendrán que ser conscientes de que hay que guardar los juguetes después de jugar con ellos, colocar los libros después de leer en su correspondiente estantería, guardar todo en el lugar indicado para ello. Y es que no sólo será necesario para la organización del hogar, sino que también servirá para que el pequeño se sienta más seguro y confiado. Es decir, el hecho de que encuentre sus juguetes, libros, juegos… siempre en el mismo sitio hará que esté a gusto en ese entorno y ello le motivará a mantener esa rutina.

De este modo, ser ordenado le ayudará no sólo a organizar sus cosas, sino a encontrar con mayor facilidad lo que busca, ser más cuidadoso, así como, saber aprovechar mejor el espacio del que dispone. Además, es importante tener en cuenta que este orden no sólo se refiere a tener colocadas correctamente sus cosas, sino a que el pequeño sea capaz de seguir unos horarios de comida, de sueño, de juego, de tiempo para ver la televisión, así como unas pautas de higiene, de tareas que debe hacer en el hogar… Asimismo, conforme el niño vaya creciendo, este aprendizaje del orden, le servirá para establecer una buena organización de sus estudios, de sus deberes… en definitiva, le servirá para tener un mejor hábito de estudio.


El ejemplo y las rutinas serán necesarias para conseguir que el niño sea ordenado


Y es aquí cuando se plantearán los padres: ¿cómo conseguir que lleguen a hacer todas esas cosas, en definitiva, que sean ordenados? En primer lugar, será fundamental que ellos sepan dar ejemplo. De este modo, el niño deberá ver que sus padres también siguen estos hábitos en cuanto a la organización de sus cosas, que cada una está en el sitio que debe estar, que también tienen unos horarios de trabajo que cumplir y unas responsabilidades en el hogar. Asimismo, si el niño tiene hermanos, éstos también tendrán que tener un comportamiento similar. De este modo, finalmente el niño aprenderá a ser ordenado porque está acostumbrado a verlo en casa y nunca como algo impuesto.

También será fundamental que los padres hablen con los niños, sobre todo con aquellos a los que les cueste más seguir estas indicaciones, para que entiendan la importancia del orden pero, sin duda, deberán ser conscientes de que sus pequeños lo aprenderán poco a poco, no deben exigirles ni pedirles más de lo que en ese momento puedan hacer. Irán poco a poco aprendiéndolo, sin prisas y sin que les atosiguen. Si aún no guardan sus juguetes tras los ratos de ocio, no podrán pedirles que ordenen la habitación. Será una evolución progresiva y el papel de los padres será fundamental.

Por último también será muy importante que los padres reconozcan y valoren al pequeño cuando éste sea ordenado, ya que así, entenderá lo positivo de su comportamiento, tanto por los beneficios, antes citados, que le aporta, como por la sensación de que es un trabajo bien hecho y de que sus padres están orgullosos de él.

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Referencias: Wikipedia | Medline