¿Qué puede haber más divertido que una sesión de karaoke? La liberación que se siente cantando a grito pelado con un micrófono en la mano es igual de beneficiosa para un niño que para un adulto, es por ello que el karaoke se plantea como uno de los juegos favoritos para los más pequeños y del que además puede disfrutar toda la familia.
Los niños disfrutan mucho con las canciones, es una actividad muy positiva y no solo en lo que respecta al aspecto lúdico sino por la función que cumplen como elemento de aprendizaje.
Cantar implica poner en marcha una serie de mecanismos como la memoria y el ritmo, además de desarrollar la sensibilidad musical. Pensemos en las tablas de multiplicar ¿acaso no las aprendimos casi en forma de canción? Con las canciones infantiles los niños no solo se divierten, sin darse cuenta están haciendo trabajar a su memoria.