Cuando se viaja en pareja y llegan las vacaciones no hay más preocupación que a donde se va a ir y no hay límites, desde el destino más exótico hasta el más convencional solo hay que tener ganas. La cosa cambia radicalmente cuando se tiene familia, ese safari por África que habíamos planeado puede que no sea lo más adecuado con un bebé de pocos meses y quizá nuestro hijo de 8 años se aburra en un viaje cultural a París.
Desde luego todo va a depender de los padres, hoy en día se dan muchas facilidades para viajar a cualquier lugar del mundo con la familia, pero siempre habrá que tener presente una serie de recomendaciones con el fin de que ese viaje acabe siendo lo más agradable para todos.