Picores intensos, enrojecimientos y sequedad en algunas zonas de la piel, son los síntomas más característicos de la dermatitis atópica o infantil, una enfermedad que afecta el día a día de los niños que la padecen y llega a resultar desesperante para los padres.
La dermatitis atópica o infantil es una enfermedad crónica y benigna que aparece por debajo de los dos años y suele desaparecer de forma espontánea en la adolescencia.
Consiste en una reacción exagerada de la piel a estímulos ambientales con los que nos encontramos todos los días, como el polvo, el sudor, el frio…etc. Para los padres, resulta difícil controlar la aparición de nuevos brotes de eccemas, placas y piel endurecida en diferentes áreas de la piel. Hasta la fecha, no existe curación, únicamente podemos tratar los síntomas y hacer un trabajo de prevención lo más riguroso posible.