Muchas veces los padres, ante una enfermedad en su hijo apuestan por los antibióticos, es común oír en las consultas ‘¿y no le va a dar antibiótico?’ Existe la creencia de que este tipo de medicamento es la panacea que todo lo cura, pero hay que aclarar que solo sirven tratar afecciones causadas por bacterias, es decir, no sirven para un resfriado o una gripe ya que estos están causados por virus.
Si se toma antibiótico cuando no es necesario o no se siguen las instrucciones de uso lo que se acaba provocando es que las bacterias se hagan resistentes al medicamento y este no surta efecto, agravando así la enfermedad.