La diabetes es una enfermedad que puede presentarse desde el nacimiento o desarrollarse con el paso del tiempo. En ambos casos el organismo presenta un problema a la hora de convertir el azúcar que se consume en la energía que se necesita para funcionar.
La hormona insulina es la responsable de esta transformación y si escasea o las células no responden ante ella como deberían es cuando el nivel de azúcar en sangre se eleva y se producen síntomas como fatiga, visión borrosa, mucha sed, ganas frecuentes de orina o pérdida de peso.
Con el tiempo y sin el tratamiento preciso se pueden desarrollar otros problemas como defectos permanentes en la visión, úlceras e infecciones en la piel y daños en los nervios.