Dos de cada diez niños suelen presentar dermatitis atópica, siendo por tanto la enfermedad inflamatoria de la piel más común en la población infantil. Tiene un origen genético aunque cada vez es mayor la incidencia de factores ambientales en su desarrollo.
Se puede presentar en los bebés a edades muy tempranas, entre los 2 y los 6 meses, aunque también es muy probable que desaparezca o se minimice cuando el niño se hace mayor.
Sus síntomas tienen que ver con la inflamación de la piel, y estos podrán ser más o menos pronunciados. La dermatitis puede ir desde el enrojecimiento de la zona hasta la presencia de ampollas. Es habitual que la piel esté seca, también puede presentar zonas con la piel más gruesa y con otro color.