Está comprobado científicamente que las mujeres trabajadoras y que tienen hijos tienen unos niveles de estrés más elevados que un hombre o una mujer que no tiene hijos. Si el trabajo es fuera de casa, el nivel de estrés que padecerá será aún mayor.
Las mujeres que trabajan fuera de casa tienen que seguir trabajando cuando llegan a casa, las madres no sólo tienen que trabajar fuera de casa sino que también tienen que ocuparse de los hijos, el marido, cocinar, limpiar y otras tareas de la casa, lo cual provoca un gran estrés y además deja a la madre totalmente agotada.