Esquizofrenia infantil: cómo detectar la esquizofrenia en los niños

Solo pronunciar la palabra esquizofrenia causa un gran respeto y temor, las personas esquizofrénicas viven en un mundo distinto al resto, su realidad está distorsionada y por tanto sus pensamientos y sentimientos son extraños, al igual que su conducta. Si estas características las aplicamos a los niños la situación se presenta aún más dramática.

Es una enfermedad psiquiátrica muy grave y para la que no hay cura, no se sabe a ciencia cierta qué la provoca, la base son cambios en el cerebro que se combinan con factores bioquímicos.

La predisposición genética y el ambiente suelen tener también un papel.


La esquizofrenia infantil es muy compleja de diagnosticar


La esquizofrenia infantil no es sencilla de diagnosticar. Hasta no hace mucho se consideraba que era una enfermedad de adultos, después se vio que podía darse también en niños mayores y adolescentes hasta concluir que se puede padecer desde muy temprana edad. El problema es que en los primeros años sus síntomas son muy similares a los del autismo y no es hasta que pasan los años cuando se puede hacer un diagnóstico certero.

Pese a que es difícil de reconocer, además de muy poco común en estas edades, existen una serie de parámetros que los psicólogos y psiquiatras estudian para comprobar sin un niño presenta un cuadro esquizofrénico. Entre ellos estarían: ver y oír cosas que no son reales, comportamiento y lenguaje extraño, un humor con grandes cambios, ideas de persecución, ansiedad, retraimiento, confundir la televisión y los sueños con la realidad, dificultad para hacer amigos, confusión en la forma de pensar, ideas raras, comportarse como un niño pequeño y poca higiene personal.

Dadas las características de muchos de estos síntomas va a ser difícil reconocerla a edades tempranas, por eso lo mejor ante cualquier cambio en el comportamiento del menor es acudir a un especialista. De hecho la esquizofrenia infantil no se mantiene estable con el tiempo, según su grado puede manifestar unos u otros síntomas. También es habitual que niños con un comportamiento normal de repente cambien, pueden encerrarse en si mismos, empezar a hablar de ideas extrañas o decir que nada tiene sentido.


Tipos de esquizofrenia infantil


Los síntomas también variarán en función del tipo de esquizofrenia que se padezca. Se habla de cuatro grandes tipos. La más habitual es la paranoide donde lo predominante son los delirios, la persona se siente perseguida y amenazada, también puede haber alucinaciones. La esquizofrenia catatónica incluye alteraciones motoras y la obediencia automática. Más extraña es la de tipo hebefrénica, donde lo habitual son las alteraciones del estado de ánimo. Por último en la denominada indiferenciada se incluyen aquellas esquizofrenias que no se pueden incluir en ninguno de los grupos anteriores ya que cada paciente presenta unos síntomas concretos.

Pese a que no tiene cura es importante detectarla cuanto antes para iniciar el tratamiento adecuado. Normalmente la actuación se hará de forma integral, los niños con este problema no solo necesitan ayuda psiquiátrica, son precisos medicamentos, terapia familiar y programas especializados para tener la enfermedad bajo control.