La infección por lombrices que padecen muchos niños y bebés se llama oxiuriasis. Se trata de una infección por parásitos, que se alojan en el intestino delgado y que, pese a no ser grave, causa muchas incomodidades al pequeño.
Un niño con oxiuriasis se siente muy incómodo, ya que las lombrices crecen en sus intestinos y bajan por ellos hacia el ano para poner huevos.
Esto le provoca un gran escozor, sobretodo por la noche. Debido a este picor, no consigue dormir bien por la noche e, incluso, es probable que le rechinen los dientes por la propia ansiedad que siente.
Además, hay que tener en cuenta que la oxiuriasis no deja de ser una infección, por lo que es muy probable que el pequeño acabe teniendo fiebre, y malestar general.