A través de los ojos los bebés empiezan a percibir como es ese mundo nuevo que le rodea. Al principio se presenta de una forma un tanto difusa para ir poco a poco aclarándose. Por ello es importante conocer el proceso de desarrollo de la vista en nuestros hijos con tal de poder ayudarles a mejorar su percepción a la vez que se está atento ante cualquier anomalía.
El sentido de la vista no está maduro nada más nacer, se va desarrollando gradualmente hasta aproximadamente los seis primeros meses, que es cuando el bebé verá igual que nosotros.
El recién nacido ve imágenes borrosas, aunque sus ojos están físicamente preparados para ver el cerebro todavía no está preparado para procesar toda esa nueva información. La vista del recién nacido no llega a los 40 centímetros, lo suficiente para ver el rostro de la persona que lo tiene en brazos. Con el paso de las semanas irá ganando en claridad y alcance.