Agua, alcohol, mercromina o agua oxigenada, estas eran las armas que se utilizaban hacen unos años para tratar las heridas con las que llegábamos a casa después de jugar en el parque. Hoy las cosas han cambiado un poco y se utilizan nuevos antisépticos más seguros para los niños como la clorhexidina, que es transparente.
Los antisépticos se pueden definir como esas sustancias que aplicadas sobre la piel evitan la proliferación de microbios que pueden causar que una herida se infecte, destruyendo los microrganismos o inhibiendo su efecto, en función de que si tienen poder antibiótico o solamente desinfectante.