Muchos padres aun no están concienciados de la importancia que tiene cuidar la piel de sus hijos, y de las consecuencias que puede tener el sol en futuras enfermedades de los pequeños cuando sean adultos.
Una de las cosas que más debe preocuparnos es el detectar posibles alteraciones en los lunares y en las pecas de la piel de los niños, ya que los pequeños pasan muchas horas al sol que los adultos y, además, su piel es mucho más sensible que la nuestra, al ser más fina, y tener menos melanocitos.