Es un trastorno severo del desarrollo que implica alteraciones mentales y de conducta con una base neurobiológica. Este síndrome se englobaría en el espectro de los trastornos autistas. Es un trastorno relativamente común que afecta de 3 a 7 niños de cada mil, pero es bastante desconocido. Esto es debido en parte a que no fue reconocido como tal por la comunidad científica hasta 1994.
El trastorno lo identificó el doctor Hans Asperger en 1994 denominándolo primero como psicopatía autista. Aún hoy sigue siendo un trastorno desconocido para la mayoría de la sociedad. De hecho son muchos, entre ellos algunos afectados, los que afirman que no es una enfermedad si no una forma de ser.