Tipos de alergias y el asma de los niños

Uno de los problemas del aparato más respiratorio más frecuente en niños es el asma, que se puede desencadenar por una crisis alérgica, pero también cada vez más se comprueba que está relacionado con como se siente el pequeño a nivel emocional.

Cuanto más pequeños son los niños, más alergias pueden tener.

Habitualmente, con el paso de los años, muchas alergias van evolucionando, hasta llegar incluso a desaparecer.

De todos modos, muchos de los pequeños con alergias respiratorias – es decir, sensibles a alérgenos como ácaros, polen, gramíneas, polen, moho por humedad – acaban desarrollando asma.


Los síntomas de los niños alérgicos y asmáticos


Un niño que tiene una alergia respiratoria, y que acaba desarrollando un asma infantil, presenta síntomas muy concretos, como tos, estornudos, problemas para respirar por la noche y, en algunos casos, fatiga, sibilancias y pitidos en el pecho al tener una mínima actividad física. Con estos síntomas básicos, se puede asociar su enfermedad a un cuadro de asma.

Si esto ocurre, hay que controlar si, además, el niño presenta síntomas complementarios como constantes cuadros gripales y de infecciones respiratorias como bronquitis, neumonía… o, incluso, alteración respiratoria por cambios bruscos de temperatura.


Cómo se diagnostica el asma infantil


Cuando unos padres sospechan que su hijo es alérgico, y que puede padecer asma, es importante que acudan a su médico, para que les haga un diagnóstico correcto.

La valoración del especialista empezará por constatar si existen antecedentes de asma en la familia, así como de otras manifestaciones de alergia en el propio niño. Si el niño ha tenido antes reacción a la leche, o ha tenido una dermatitis atópica, es muy probable que su asma tenga a ver con su exposición a alérgenos.

Además, el médico valorará la frecuencia con la que el niño sufre los síntomas, para saber qué tipos de ácaros son los que afectan al paciente. Todo esto se complementara con pruebas específicas, que permitirán un diagnóstico y un tratamiento debidos.

Se considerará que el tratamiento médico implantado ha conseguido controlar el asma de un niño cuando éste pueda practicar ejercicio sin tos ni ahogos, dormir bien, y no necesite utilizar medicamentos de alivio como broncodilatadores.


La anafilaxia, una reacción extrema a la alergia respiratoria


La reacción más grave que un niño puede tener cuando está expuesto a un alérgeno es una crisis de anafilaxis, es decir, un cuadro grave que en un principio puede provocar urticarias en la piel, hacer que se hinchen los labios, las manos y ojos. Igualmente, provoca que el niño respire con dificultad teniendo sibilancias y puede llegar, en los casos más extremos, a que se produzca en el organismo del pequeño un choque anafiláctico y una pérdida de conciencia importante.

De todos modos, hay que decir que no todos los niños tienen las mismas manifestaciones alérgicas, y que habitualmente el proceso empieza por la aparición de urticarias en la piel o alrededor de los labios, y posteriormente se extiende por la cara, los párpados y ojos, y las manos. Entonces es cuando el niño empieza a respirar con dificultad.