Este es uno de los trastornos con el que más rápido se familiarizan los padres y es que en pocos años ha alcanzado gran popularidad debido al incremento en el número de estudios y los avances que han permitido identificarlo con mayor exactitud. Lo que antes se conocía como niño que no presta atención, hiperactivo o descentrado es hoy el famoso TDHA.
Como tal es un trastorno de conducta en el que intervienen tanto factores genéticos y neurobiológicos, como ambientales.
Hace unos años se pensaba que esta falta de atención o inquietud en los niños era causada por una mala educación o un ambiente inadecuado, culpando por tanto a los padres y entorno cercano, pero hoy se ha comprobado que pese a la indudable importancia del factor ambiental, en el desarrollo del TDHA hay un primer origen neurobiológico donde la herencia tiene a su vez un peso decisivo.