Al polen, a los ácaros, a los animales, a los alimentos… existen un sinfín de tipos de alergias que pueden afectar a un niño. En función de la alergia que se trate será necesario llevar a cabo un tratamiento u otro.
Hay alergias que no precisan más medida que evitar el contacto con las sustancias en cuestión, es el caso de las alergias a los alimentos.
Un alérgico al huevo simplemente deberá evitar ese producto y sus derivados. Lo mismo pasa con las alergias a los medicamentos, estas tienen que estar muy controladas y señaladas en el historial médico para evitar que en un caso de urgencia acabe siendo peor el remedio que la enfermedad. Las alergias a los animales, por ejemplo a los gatos, se tratan también evitando la exposición a estos animales.